A pesar del rápido ritmo de las innovaciones tecnológicas para inhibir la práctica de la piratería, el problema aún representa uno de los mayores cuellos de botella en la industria audiovisual, imponiendo pérdidas de millones de dólares a los propietarios y operadores de contenidos. Como para tener una idea de las cifras movidas por este mercado ilegal, solo en 2020, en tres operaciones con participación activa de Nagra para identificar y desmantelar organizaciones criminales en Brasil, Suiza y España, un flujo de más de USD 50 millones de ingresos ilegales fue obstruido.
En Brasil, solo uno de los 38 servicios pirateados desconectados tuvo una facturación anual de USD 18 millones y, en general, se estima que los servicios ilegales desmantelados por las autoridades brasileñas alcanzaron los 26 millones de usuarios. En Suiza, el servicio de contenido robado llevaba anuncios y la caja OTT pirateada se vendió en tiendas minoristas de ese país y en Francia, incluido el acceso de por vida a una colección de 85.000 títulos, por un valor de USD 160. En España, la audacia de la red La transmisión ilegal de IPTV atrajo a cientos de revendedores y, utilizando sus propias marcas, ofreció el servicio ilegítimo como una franquicia, atendiendo a más de dos millones de suscriptores en todo el mundo, con acceso a unos 40.000 canales de video y contenido VOD.
Estas aprehensiones reflejan, por un lado, el éxito de la asociación entre empresas privadas -incluida Nagra como proveedora de tecnología-, propietarios de contenidos, operadores, instituciones públicas y gobiernos, lo que representa un avance en la lucha contra la piratería. Pero, por otra parte, también muestra que el esfuerzo debe intensificarse en 2021 para proteger el negocio legítimo de la industria de los medios y el entretenimiento y la privacidad de los datos de los suscriptores.
El papel del consumidor en la lucha contra la piratería
Para que el suscriptor esté alerta hasta el punto de evitar caer en una trampas que, a primera vista, puede parecer tentadora, las empresas necesitan compartir información útil que contribuya a tomar consciencia. Uno de ellos se refiere a equipos, como el decodificador que, en el caso de Brasil, debería llevar el sello de la reguladora Anatel. También es posible consultar el sitio web de la agencia para consultar las marcas de equipos aprobados. Además de la seguridad de los datos, la compra de un servicio legítimo no expone al consumidor al riesgo de daños eléctricos en el equipo. En Anatel también es posible verificar qué operadores de banda ancha tienen licencia para brindar servicios de acceso a canales y contenido audiovisual.
El acceso a través de equipos o sitios web pirateados puede exponer al usuario a malware asociado con contenido ilegal. El software espía, como dispositivos como cámaras o enrutadores conectados, que capturan imágenes e información de los suscriptores también son riesgos asociados con los servicios de piratería ilegal. También hay quienes acceden de forma criminal al tráfico de Internet desde el entorno donde está instalado el equipo de IPTV o utilizan la dirección IP del suscriptor del dispositivo. En relación con la caja HTV, que se puede utilizar como vector para ataques de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS), el riesgo es aún mayor.
Es importante que los consumidores y los proveedores estén juntos en la lucha contra la piratería, dada la dimensión ampliada de la práctica delictiva. Esto tiene un impacto en la economía y la pérdida de ingresos tributarios que podría revertirse a favor de la población. Otro factor a considerar es que la escala de demanda de servicios con licencia puede resultar en una disminución en los costos de suscripción para el consumidor.
La tecnología como estrategia de defensa
La idea de cooperación internacional en la lucha contra la piratería y el ciberdelito, a través de alianzas de grandes empresas globales de contenido y tecnología, centraliza los intereses de la industria audiovisual y favorece el intercambio de información que puede ser determinante para las autoridades, de países en diferentes partes del mundo para actuar contra los delincuentes. La piratería es un crimen sin fronteras, de ahí la necesidad de este esfuerzo universal para combatirla.
Otra solución disponible contra la piratería es la tecnología. Los operadores y distribuidores deben estar protegidos con lo último del mercado para que hayan facilitado el seguimiento y reconocimiento de contenido distribuido ilegalmente. Para contribuir con la causa, Nagra proporciona grandes contribuciones a los socios comerciales que desean monitorear, identificar y deshabilitar la fuente de piratería de contenido, como marcas de agua o tecnologías de rastreo que incluso hacen posible bloquear el acceso a servidores y sitios web pirateados.
Los operadores que despliegan tecnología como estrategia de protección fortalecen sus barreras contra la distribución de contenido ilegal, creando obstáculos que dificultan la actuación de los delincuentes y desaniman incluso a quienes utilizan el acceso a servicios ilícitos.
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