Con el apoyo de Netflix, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó la publicación “Detrás de cámaras: creatividad e inversión para América Latina y el Caribe”, una publicación que visibiliza la necesidad de desarrollar habilidades y ofrecer formación al talento creativo para que la industria siga creciendo. Se basa en los testimonios de casi 100 creadores emergentes, productores, ejecutivos de empresas de entretenimiento, trabajadores institucionales y de asociaciones fílmicas, quienes ayudaron a identificar las oportunidades y desafíos.
Este estudio repasa el estado presente del sector audiovisual en América Latina y el Caribe en el contexto del auge en la demanda propiciado por el streaming y las crecientes industrias nacionales. La investigación hace una cartografía de hitos audiovisuales y fija su lente en debates de política pública y habilidades del siglo XXI. Luego de conversar con casi 100 creadores y creadoras emergentes, productores, ejecutivos de empresas de entretenimiento, trabajadores institucionales y de asociaciones fílmicas, se dirimen los principales retos y oportunidades en la región. El estudio incorpora una encuesta con 417 productores que indaga las habilidades técnicas “above and below the line” y del siglo XXI más demandadas para el desarrollo del sector audiovisual en nuestros países.
De los 417 los productores consultados, el 58% consideró que en la región no tenemos el talento con las capacidades técnicas necesarias para trabajar en las nuevas producciones. El estudio identifica dos grandes oportunidades para fomentar la formación de más profesionales en la industria audiovisual y así lograr el crecimiento de la fuerza laboral: la primera es la creación de cursos, programas académicos y opciones de capacitación adecuados dentro de la oferta de las instituciones educativas; y la segunda es una mayor conexión entre los planes de estudio y la demanda del mercado.
A medida que la industria se diversifica, innova y se acerca a las necesidades del mercado global, las habilidades técnicas de los profesionales detrás de cámaras también tienen que estar a la par. La velocidad con la que el mercado se está transformando y adaptando a los cambios tecnológicos, así como las dificultades que los sistemas formales de educación y formación tienen para responder a los nuevos requerimientos, han representado obstáculos para muchos de la industria. La buena noticia es que la oferta de programas de educación superior no solo se ha expandido, sino que se ha diversificado, ampliándose también a la educación técnico vocacional. En este sentido, el estudio enfatiza la urgencia de invertir y actualizar la formación de los profesionales en la industria creativa (también conocidas como habilidades above and below the line), para que cumplan con los estándares de calidad globales y homologados que exige la industria.
Parte de éstas son las llamadas habilidades del siglo 21, necesarias para adaptarse al futuro del trabajo y al impacto de la digitalización y la automatización de empleos. La industria tiene que ser parte integral tanto del diseño de las políticas educativas y de formación como de las soluciones e identificar dónde están las brechas de habilidades y determinar si los programas de formación son relevantes y efectivos; así como ofrecer oportunidades de formación continua y desarrollo a sus empleados, a través de programas de upskilling y reskilling. La industria no solo es consumidora de talento, sino que también contribuye a ampliar y diversificar la oferta de servicios educativos y de formación.
Como los países de la región se encuentran en diferentes etapas de desarrollo, el estudio también aborda cómo fortalecer la creación audiovisual, desde aquellos países con industrias audiovisuales más desarrolladas que buscan atraer inversiones globales hasta los mercados emergentes que aún están en proceso de desarrollar servicios de producción fílmicos y hubs audiovisuales para posicionarse a nivel regional y global. El estudio destaca países como Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, donde ya se explora la manera de fortalecer la creación audiovisual como eje de atracción para inversiones globales. Además, este informe identifica nuevos centros emergentes en Uruguay, República Dominicana, Panamá, Perú, Ecuador, Bolivia, y en regiones de Argentina como Córdoba y Mendoza.
Por último, no podemos hablar de la importancia de la industria de televisión y cine sin destacar su impacto positivo también en otros sectores como el de la infraestructura, el turismo y los servicios. Su desarrollo se alinea con la Visión 2025 del BID, guía para un crecimiento económico sostenible e inclusivo, ya que potenciaría la creación de empleos calificados y la recuperación económica post pandemia, a través del fomento de la economía digital y creativa. Esta publicación se enmarca dentro de una serie de iniciativas para diversificar el talento creativo y desarrollar habilidades transversales en América Latina y el Caribe como la Iniciativa de Habilidades del siglo XXI que apoya la implementación de una nueva generación de políticas públicas, buscando un futuro de la industria del entretenimiento todavía más creativo, inclusivo y próspero.