En comparación con los países avanzados de la OCDE, América Latina y el Caribe invierte en infraestructura digital solo el 30 por ciento. Precisamente, aumentar sus inversiones es uno de los desafíos por delante para cerrar la brecha digital, sostuvo Mauricio Agueldo, director de Transformación Digital de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, durante su participación en México Digital Summit, organizado por DPL Live. Tan sólo México necesitaría un aporte de 68 mil millones de dólares para no quedarse atrás en materia de digitalización, y por ello consideró importante crear sistemas que movilicen esos recursos. Durante su presentación, el ejecutivo también detalló que y unas 200 millones de personas en la región no hacen uso frecuente de Internet y que es necesario avanzar hacia la universalización de la banda ancha en este contexto.
“La industria de telecomunicaciones, por ejemplo, anualmente está invirtiendo 28 mil millones de dólares, ¿de dónde vamos a levantar 45 mil, 50 mil millones de dólares adicionales?”, señaló Agudelo.
Transformación Digital de CAF- Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe lleva a cabo una serie de programas y proyectos, cada vez más variados, para acortar la brecha digital, desplegar infraestructura de alta velocidad, promover la digitalización e impulsar la adopción de tecnologías disruptivas. En el periodo 2016-2022, CAF sumó 4 mil 500 millones de dólares en financiamiento para el futuro digital, con proyectos como como el despliegue de redes móviles en Colombia, fomento de la industria satelital en Argentina y acompañamiento de transformación digital a gobiernos subnacionales en Brasil.
“Se han canalizado hasta ahora unos 5 mil millones de dólares en procesos de transformación digital”, señaló Agudelo. “Si México y los países de la región vienen haciendo lo mismo, vamos a quedar en un escenario del Índice del Desarrollo del Ecosistema Digital ya no intermedio bajo, sino bajo”.
Agregó que habrá una frontera digital con los países asiáticos y de Oriente Medio que vienen haciendo inversiones muy poderosas en transformación digital. El experto destacó que la industria, gobiernos y el ecosistema deben acelerar la inversión, de lo contrario, en el 2045 sólo 13 por ciento tendrían bienestar digital. El objetivo de la región no debe ser mantenerse como un consumidor de industrias digitales extranjeras, sino que sea un productor de las mismas.
Por otra parte, dijo que México y América Latina tienen espacio para evolucionar e incorporar tecnología en las cadenas de productividad. También se requieren los centros de datos para cómputo en la nube. Otro tema crítico es la economía digital para promover un ecosistema tecnológico y generar más industrias digitales en una región donde hay unicornios, que también requieren recursos. El directivo detalló que el CAF ha canalizado alrededor de 4 mil 500 millones de dólares en los procesos de transformación digital. El organismo internacional también acompañó a los países en las reformas públicas y normativas que requieren impulso para lograr la transformación digital.
“Pensemos en la agroindustria, en la industria de producción, en las cadenas logísticas, en la minería, en el turismo, aquello entonces donde América Latina sigue siendo productor de bienes primarios, pero donde la incorporación de esas tecnologías puede cambiar la situación", sostuvo. “Necesitamos esas grandes inversiones en infraestructuras disruptivas o emergentes que van a habilitar la cuarta revolución industrial”.
La conectividad es el componente clave pero no el único en el que ha trabajado CAF, que también apoyó modelos de agroindustria inteligente, para sistemas de transporte público en San Pablo e incluso acompañó procesos de actualización regulatoria en algunas latitudes. También estudiará la creación de centros de cómputos de Inteligencia Artificial en la región. La agenda CAF para la transformación digital se desarrolla en cinco pilares: economía digital, gobierno digital, inclusión, digitalización para la agenda verde y ciudades y territorios inteligentes. Todas ellas tienen sus particularidades pero comparten desafíos en conceptos como infraestructura, inteligencia de datos, innovación, talento y necesidad de políticas públicas a favor del desarrollo.
