La Pegaso y Onda Cero Podcast estrenan este 14 de mayo la serie “Relojeros. Los Ladrones del Lujo’, un podcast creado por Javier Gómez Santander, guionista y coproductor ejecutivo de la serie “La Casa de Papel”, ganadora de un Premio Emmy. El escritor regresa a una historia de robos, pero esta vez periodística, en la que hablan de cómo trabajan y cómo son sus vidas los mejores ladrones del mundo.
Junto al periodista de sucesos argentino Nahuel Gallotta (Clarín), Gómez Santander ha viajado por Colombia, México, Chile, Argentina, Estados Unidos, Italia y España para escuchar las vidas de asaltantes especialistas en el robo de relojes de alta gama. El resultado es la primera investigación periodística internacional sobre estas bandas: se descubre cómo funcionan, cómo son las escuelas de ladrones, qué los motiva a seguir robando cuando no tienen necesidades económicas y las rutas de estos relojes, que en el 90% de los casos se venden a miles de kilómetros de donde fueron robados. “Relojeros…” recorre el mundo en un viaje que va de los barrios más conflictivos de América Latina a los restaurantes más caros de Madrid o Ibiza, de las calles sin asfaltar donde se forman los ladrones hasta las casas de reventa de Abu Dabi o Miami donde se ofrecen Rolex, Patek Philippe, Cartier, Omega y todo tipo de relojes robados.
En este reportaje también se podrá escuchar a David Bolton, el único detective privado de relojes robados del mundo y residente de Miami, uno de los grandes destinos de estas joyas. Además, tendrán su espacio los cuerpos de policía que están generando grupos especializados en su caza: de la PDI de Chile al cuerpo especializado en relojeros de la Policía Nacional de España, pasando por Medellín o la motorizada de Buenos Aires. “Relojeros” cuenta desde dentro y en voz de sus protagonistas cómo funcionan las bandas. Suelen estar compuestas por tres integrantes: el piloto, el bajador y el marcador. El marcador es el líder, el cerebro, “ha estado años estudiando relojes, porque el reloj tiene una particularidad, se muestra un segundo y se esconde”, afirma uno de los entrevistados.
Muchas veces, es una marcadora. “Yo he sacado relojes mientras los tipos se me hacían los gatos; cuanto más me miraban el escote, más relojes sacaba yo”, dice "la Señora", una de las ladronas que además de cómo robaba nos cuenta cómo ha sido su vida. Hoy es una abuela que lleva una vida legal, pero durante años tuvo la mejor banda de relojeros de Buenos Aires. Le fue muy bien e hizo mucho dinero, pudo poner negocios, pagar su casa, su camioneta, una moto, pero seguía robando: “Yo no podía parar. Me sentía bien robando. Era orgullo. Yo no soy la mujer de un chorro, yo no le digo a nadie que vaya a robar para darme. Voy yo, me muevo la rama yo”.
Los ladrones entrenan, pero no solo para identificar relojes, cortarlos y huir entre el tráfico. También hay abogados que los preparan para que no llamen la atención de nadie en los ambientes más exclusivos de Europa. Gómez Santander y Gallota han tenido oportunidad de hablar con el abogado de La Banda de los Trajes, un prestigioso penalista que al principio de su carrera recibió un encargo sorprendente: “Enséñanos a que no se nos note el barrio. Necesitamos un odontólogo porque nos faltan piezas dentales, pero qué más tenemos que hacer para robar a los ricos sin que nos detecten”. El abogado les obligó a caminar con traje durante meses por la Buenos Aires marginal, hasta que supieron hacerlo con naturalidad. Después les enseñó a pedir en restaurantes, comer con reglas de estilo, les ayudó con los pasajes y con todo lo necesario para cumplir su sueño: viajar a Barcelona a robar.
La Banda de los Trajes, ya retirada, pero una de las grandes protagonistas de “Relojeros”, ha sido la banda más exitosa que se conoce. Al final de su carrera eran tan ricos que le mandaban un avión privado a su abogado para recogerlo y llevarlo de fiesta. Ya vivían en Puerto Banús, sus amigos eran traficantes, oligarcas y millonarios y tenían una cueva de Alí Babá blindada en uno de los rascacielos más caros de España. Durante los seis capítulos de “Relojeros” se narrarán historias de ladrones chilenos y colombianos que viajan por todo el mundo en busca de entrar a las mansiones de los coleccionistas de relojes. También, cómo trabajan los policías y cómo han llevado a cabo algunas de sus grandes detenciones, como la llamada operación ‘Marenostrum’, que terminó con la detención de la banda de relojeros especializada en millonarios que le había robado relojes y joyas al futbolista Marco Verratti, un botín valorado en más de tres millones de euros que se recuperó en tiempo récord.
Hay otro dato que dan los policías: si se sigue el dinero, el rastro de los relojes se pierde una y otra vez en países como China, Arabia Saudí, Qatar o Estados Unidos. “Es un mercado negro inabarcable”, dice la Policía Nacional. En el documental se podrá conocer a los aficionados a la relojería y se buscará explicación a su pasión, ¿por qué alguien se gasta en un reloj el dinero con el que podría vivir un año tumbado al sol? Y conoceremos a víctimas a las que les han robado relojes, coleccionistas y también joyeros que pierden un millón de euros con cada atraco.
Es el tipo de robo que más ha crecido después de la pandemia. ¿Por qué? Hay más relojes en la calle. Se han puesto de moda y no es difícil cruzarse con gente que lleva más de 10 mil euros en la muñeca. Esto hace que haya mucho mercado para la segunda mano, donde nadie pregunta si la mercancía es robada. Sucede otra cosa: es el mejor robo que se puede hacer por la calle. Ya nadie lleva efectivo. Los teléfonos móviles se geolocalizan y no se pagan bien. Lo mismo sucede con los coches. Pero el reloj es una mercancía de alta demanda que entra en el mercado de segunda mano sin levantar sospechas y sin que nadie pregunte. Y, sobre todo, se paga en dólares. En cualquier país del mundo, el mercado negro de los relojes es muy rápido, con precios tasados (un tercio del valor de mercado, cobra el ladrón) y en dólares. Nada de monedas locales sujetas a la inflación.
No existen números oficiales sobre el robo de relojes a nivel mundial. Pero podemos tomar como referencia a The Watch Register, la empresa de Londres que colabora con Interpol y registra cada robo denunciado por sus víctimas. Según sus últimos números, solo en 2022 se robaron 6815 relojes. El total de relojes denunciados supera los 80 mil, cuyo valor sería de unos 1.190 millones de euros. De ese total, el 44% son Rolex. La siguiente marca más robada es Omega. “Siempre te dicen tráeme un Rolex, tráeme un Omega o tráeme un Cartier”, dice uno de los ladrones del podcast.