“Dirty Lines”
Netflix ya rueda en Ámsterdam su nueva serie original neerlandesa de “Dirty Lines” junto a Fiction Valley. La nueva producción está inspirada en “06-Cowboys”, el libro de Fred Saueressig que trata de la popularización de las líneas eróticas a finales de los años ochenta. La serie es una creación de Pieter Bart Korthuis y está dirigida por Korthuis, Tomas Kaan y Anna van der Heide.
La historia de “Dirty Lines” comienza en la Ámsterdam de 1987, en una época de cambios vertigionosos en la sociedad holandesa. Marly Salomon, estudiante de Psicología, acepta un trabajo a tiempo parcial en Teledutch, la nueva empresa de los hermanos Frank y Ramon Stigter, artífices de las primeras líneas eróticas de Europa. Frank y Ramon se hacen ricos de la noche a la mañana, y Marly se ve envuelta en esta impetuosa y descontrolada transformación.
Los últimos años de la Guerra Fría propiciaron un espíritu de esperanza, y espolearon a una nueva generación para que disfrutase de la vida al máximo. Ámsterdam se convirtió en el centro de esa revolución cultural con la irrupción de un género musical rompedor, el ‘house’, y de la novedosa «droga del amor»: el éxtasis. Las líneas eróticas ofrecían la oportunidad de practicar sexo de forma anónima. Esto supuso cambios en la moralidad de los consumidores, pero también —y muchos— en la de sus creadores.
“Como Ámsterdam es hoy muchísimo más moderna de lo que era hace treinta años, es difícil encontrar calles y casas que evoquen el aspecto y el ambiente de los ochenta. Nuestros equipos creativos han hecho un trabajo increíble para recrear la ciudad tal y como la recuerdo de mis años jóvenes. ‘Dirty Lines’ transcurre en una época en que Ámsterdam estaba cambiando a toda velocidad. En mi caso, coincidió con el momento en que me fui a la ciudad a estudiar. Mientras rodaba en la universidad, me sentía como Marty MacFly en ‘Regreso al futuro’: ¡había retrocedido a mi época de estudiante. Es fantástico ver cómo esas escenas cobran vida”, explica el creador y director Pieter Bart Korthuis.