ITV confirmó que se encuentra en discusiones preliminares con Sky Group, filial de Comcast Corporation, sobre una posible venta de su negocio de Media & Entertainment (M&E) por un valor empresarial estimado en £1.6 billones (aproximadamente US$ 2.15 billones). El acuerdo incluiría sus canales de televisión abierta y la plataforma de streaming ITVX, pero excluiría su división de producción de contenidos, ITV Studios.
Durante los seis meses hasta junio, la unidad de M&E generó £955 millones en ingresos y £35 millones en ganancias ajustadas antes de intereses, impuestos y amortización, marcando un punto de inflexión clave en medio de una fuerte presión sobre los ingresos publicitarios. Tras el anuncio, el precio de las acciones de ITV se disparó hasta un 18 %, antes de estabilizarse con una ganancia del 15 %, convirtiéndose en el valor con mejor desempeño del FTSE 250 ese día. Sin embargo, la empresa advirtió que “no existe certeza sobre los términos o la concreción de una posible venta”.
Las conversaciones ocurren en un contexto de un descenso del 9 % previsto en los ingresos publicitarios del cuarto trimestre, lo que llevó a ITV a implementar un programa único de ahorro por £35 millones y a posponer parte de su programación hasta 2026. El acuerdo propuesto tendría implicaciones regulatorias importantes. Una fusión que combine los activos publicitarios y de transmisión lineal de ITV con los de Sky otorgaría a Comcast el control de más del 70 % del mercado publicitario televisivo del Reino Unido, lo que probablemente provocaría una investigación por parte de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) y de la Oficina de Comunicaciones (Ofcom).
Analistas del sector han descrito la situación como “el momento más importante en los 70 años de historia de ITV”, mientras que algunos han criticado el precio propuesto por infravalorar el negocio, ya que equivale aproximadamente a tres cuartas partes de los ingresos anuales de la división. Para ITV, esta revisión estratégica refleja la urgente necesidad de reducir su dependencia del negocio publicitario, que enfrenta una caída estructural en la audiencia televisiva lineal. Para Comcast y Sky, las conversaciones representan una oportunidad para reforzar su presencia en el Reino Unido, combinando servicios de televisión paga, TV abierta y streaming bajo una sola marca. Si se concreta, la transacción marcaría un nuevo paso en la ola de consolidación que recorre el panorama mediático europeo, mientras las compañías tradicionales buscan escala y resiliencia frente a los gigantes del streaming estadounidense.