Durante el primer trimestre de 2020 (1T20), en la región integral Iberoamérica-Estados Unidos de América (IbAm-EUA), los ingresos del sector de telecomunicaciones (telefonía y banda ancha fija, servicios móviles y televisión restringida) contabilizaron $837,045 millones de dólares, de los cuales 60% ($509,191 mdd) corresponden al segmento móvil, 28.1% ($235,197 mdd) a telefonía y banda ancha fijas, y 11.9% ($99,621 mdd) al de televisión de paga, según lo informado por la Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica.
En Iberoamérica, sólo el segmento fijo de telefonía y banda ancha registró un incremento anual en ingresos al cierre del 1T20, equivalente a +2.4%, en contraste con las caídas de -6.5% para la telefonía móvil y de -13.8% para TV de paga con respecto al mismo periodo del año anterior.
El servicio de TV de Paga se encuentra en una fase acelerada de sustitución con motivo de la franca competencia con otras alternativas de acceso a contenidos audiovisuales, especialmente con aquellas plataformas de video bajo demanda por internet u Over-The-Top. La creciente demanda y preferencia por estos servicios ha derivado en un proceso de sustitución por parte de los consumidores, mismos que reconocen la importancia de contar con conectividad de banda ancha para acceder a estos.
En los últimos tres años, destaca la TV de paga como el segmento de mayor caída en la industria, cuyos ingresos agregados medidos en dólares constantes han disminuido -17.7% de manera acumulada entre el 1T17 y el 1T20, mientras que en el caso del segmento móvil se registra una contracción de -10.0%. En contraste, la telefonía y banda ancha fijas alcanzaron un crecimiento acumulado de 9.8% durante el periodo.
Si bien el segmento móvil es la principal fuente de ingresos del sector y de contabilidad de suscriptores en la región, sus ingresos trazan una trayectoria descendiente a lo largo del periodo bajo análisis. Las menores tasas de crecimiento de este segmento son atribuibles a los altos niveles de penetración en la región iberoamericana y en general, a un descenso en precios de los servicios móviles, a pesar de los altos costos que representa el espectro radioeléctrico para los operadores en muchos países de la región.
A pesar del complejo contexto económico derivado de la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19, los ingresos del sector telecomunicaciones en la región mantienen un comportamiento resiliente y contracíclico. Incluso, por la naturaleza de esta crisis, se prevé una aceleración en la adopción tecnológica y consumo de servicios de conectividad. No obstante, la mayor demanda de dichos servicios no se reflejará forzosamente en mayores ingresos en el sector telecomunicaciones para la región iberoamericana.
La crisis económica y sanitaria mundial causada por COVID-19 impactará de manera negativa el sector telecomunicaciones durante 2020. Por un lado, la recesión económica global ha impactado a la baja la disponibilidad de ingresos de los hogares lo que se traducirá en una desaceleración en la contratación y consumo de servicios, tanto móviles como fijos. De manera paralela, el consumidor enfrenta un aumento en el valor económico de estos ante el confinamiento social y la parálisis productiva, tal que las telecomunicaciones se han vuelto un recurso vital para que los hogares y empresas puedan continuar con sus actividades productivas, laborales, educativas, sociales y recreativas desde su hogar; se han vuelto servicios esenciales durante la actual crisis.
Sin embargo, esta caída en los ingresos será de distinta dimensión y magnitud entre segmentos y países. Por un lado, la demanda de telecomunicaciones móviles se ha mermado debido a la menor movilidad en todo el mundo y a la necesidad de contar con un ancho de banda suficiente y estable en el hogar por el confinamiento. Además de los servicios móviles, la TV de Paga será de los segmentos más afectados.
Se espera que en la región latinoamericana también se perciban estos efectos negativos, sobre todo en lo que lo toca a los segmentos móvil y de TV de Paga, mientras que la coyuntura y necesidad de conectividad puede representar un impulso importante a la contratación conectividad de banda ancha fija en Latinoamérica. Así lo confirman, información reciente disponible de Colombia y México países en el que se registró una caída anual de 13.9% y 18.3% de los ingresos móviles respectivamente. Mientras que el segmento de banda ancha fija creció de manera acelerada, alcanzando un incremento del 10.8% en términos de accesos y 4.1% en términos de ingresos durante el 2T20.