Durante el primer trimestre de 2024 en España, Netflix alcanzó a más de la mitad de la población, con un 55,2%, que equivalen a 25,7 millones de espectadores (mayores de 4 años). Sin embargo, la OTT sólo representa un 5,1% del consumo audiovisual en España, según datos de la consultora Dos30'. Casi 9 de cada 10 espectadores de esta plataforma la consumen en un smart TV.
Según este estudio, la televisión lineal mantiene fuerte su músculo en el sector, al alcanzar al 97,4% de la población, traducido a 45,3 millones de espectadores, casi el doble que Netflix, con un peso de su consumo cifrado en 83,8%. El resto de plataformas en streaming como Prime Video, Disney + o HBO es consumida por un 11,1% de la muestra.
La televisión vive una transformación en sus coberturas, pero también de públicos. Según la aproximación de Dos 30', el 26.1% del público de Netflix es menor de 25 años. El grueso de espectadores se concentra en el target de 25 a 64 años con más de 61% de espectadores.
En cuanto a género, el público de Netflix está más equilibrado, con un 51,3% de mujeres, frente a los 48,8% de hombres, mientras que en televisión supone un 55,3% y 44,7%, respectivamente. La mayor parte del público de la televisión lineal están en las franjas superiores a los 45 años.
Por otro lado, las audiencias de la televisión lineal cuadruplican a las de Netflix. Por ejemplo, la producción cinematográfica de mayor éxito en la OTT durante el pasado trimestre, “La sociedad de la nieve”, fue vista por 4,7 millones de espectadores, frente al programa “First dates” (Cuatro), que fue el contenido con mayor cobertura de la televisión convencional con más de 18.2 millones de espectadores únicos.
El sector audiovisual asume sin ambages la idea de que la irrupción de las plataformas en streaming en los últimos años han reconfigurado el consumo de contenidos y, progresivamente, el mapa publicitario. La gran pregunta es en qué medida ha logrado esta ola de escaparates audiovisuales revolucionar el mercado. Según Dos30’, se trata de una incógnita que seguirá sin despejarse hasta que la industria no siente las bases de una medición de audiencias clara, consensuada y uniforme.
Notas relacionadas
