“Matrimillas”, la nueva película argentina en la que Luisana Lopilato y Juan Minujín vuelven a la comedia, ya está disponible en Netflix. La cinta marca el debut de Sebastián de Caro, conocido en el cine independiente y en televisión como actor, guionista y director, en la plataforma de streaming. En esta comedia romántica, Juan y Luisana interpretan a una joven pareja con hijos en crisis que encuentra la solución perfecta para salvar su relación. Pero lo que empieza como un juego de sumar y restar millas, se sale de control.
El guion llevó un año y medio de trabajo. Fueron tres meses de preproducción, dos meses de rodaje y siete meses de post producción. La cinta contó con más de 100 personas involucradas en su realización. Se filmó en 20 locaciones y más de 30 sets diferentes. Se emplearon más de 300 conjuntos de vestuario y participaron más de 500 extras. Luisana Lopilato filmó la película embarazada de pocos meses, lo que obligó a rediseñar gran parte de su vestuario. El equipo descartó varias prendas porque el embarazo no estaba incorporado en la historia de la película y, en su lugar, optaron por atuendos y looks más adecuados para disimular el inminite cambio de físico de la actriz.
Para lograr imprimir distintos colores en la forma de contar la historia entre Belén y Federico, los personajes de Luisana y Juan, el equipo diseñó una banda de sonido diversa en la que conviven lo orquestal, el jazz y la bossa nova. Se compusieron dos canciones especialmente para la película: el tema del inicio y el final, cantado por Kevin Johansen, y una bossa nova. Además, con el resultado que generó la idea de usar la canción “Me Haces Tanto Bien”, de Amistades Peligrosas, para generar una atmósfera sensual en la grabación de una escena, el equipo logró adquirir los derechos para sumarla a la película.
La escena del baile entre Luisana Lopilato, Andrea Rincón y Paloma Contreras durante una fiesta en el bar de un rooftop fue resultado de la improvisación. La escena no estaba orginalmente en el guión, pero tras filmarla y ver el resultado, el equipo decidió incorporarla. La juguetería en la que trabaja el personaje de Luisana no existe sino que se construyó de cero en un local ubicado en el barrio de Palermo Soho, en la Ciudad de Buenos Aires. Llevó más de dos meses de trabajo entre diseño y armado y el resultado final fue tan realista que, entre toma y toma, muchas personas que pasaban por ese lugar se detuvieron frente a la vidriera mirando precios y hasta preguntaron para ingresar a comprar.