Antena 3 Internacional estrena el 1 de marzo “¡Salta!”, un nuevo y espectacular concurso, presentado por Manel Fuentes, en el que la tensión, el riesgo, la estrategia y los conocimientos generales son protagonistas. “¡Salta!” pone a prueba los conocimientos de cultura general y también la valentía de cinco concursantes, que compiten por llevarse un premio de 50 mil euros. El objetivo es simple: cruzar un imponente puente de 40 metros de largo respondiendo correctamente diez rondas de preguntas.
En cada ronda se proponen varias afirmaciones de cultura general divertidas y engañosas. Tienen que analizarlas y elegir una. Descubrirán si la elegida es correcta o no, saltando sobre la afirmación escrita en el suelo. Si responden mal, el suelo del puente se vence y caen al vacío. Si es correcta, avanzan a la siguiente ronda. El juego se va complicando en cada ronda hasta llegar a la ronda final, la décima, en la que optarán a llevarse al premio máximo de 50 mil euros. En el juego tiene un papel fundamental el concursante que tiene el puesto de ‘controller’, que elige el orden en el que el resto juega. Su reto es conseguir que los concursantes le vayan despejando el camino para ser él quien responda correctamente en la ronda final.
“¡Salta!” es un formato original de Talpa Studios, que es todo un éxito en Países Bajos y ha triunfado también ya en Hungría, antes de su aterrizaje en Antena 3 Internacional. Está producido por Atresmedia en colaboración con Buendía Estudios. “Salta” es un concurso que une estrategia y conocimientos de cultura general. En cada entrega se juegan dos rondas en las que participan cinco concursantes en cada una y el premio final al que se opta asciende a 50 mil euros.
Al arrancar el juego, el presentador expone 5 afirmaciones sobre un mismo tema, pero solo una es cierta. Todos los concursantes deberán marcan a la vez la respuesta que consideren correcta. El más rápido en pulsar la opción correcta se convierte en ‘controller’ y determinará el orden del juego, pero además tendrá otra gran ventaja: decidir si juga él mismo o hace que se la juegue otro. Aquí recae la estrategia del concurso: conviene dejar que vayan pasando otros para llegar directamente a los últimos niveles con menos riesgo de fallar, pero también puede ocurrir que los oponentes acierten y vayan superando niveles hasta el final y, entonces, el ‘controller’ nunca juegue.
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