Tras sufrir el golpe del coronavirus y vivir una reestructuración accionarial que dio el control absoluto al fondo Orient Hontai, la productora Mediapro logra volver a ganar dinero. La compañía arrastra todavía dificultades para transformar sus resultados operativos en beneficios, pero al contrario de lo que sucedió un año antes, en 2023 consiguió cerrar el ejercicio con unos números negros de € 12 millones frente a los € –69,4 millones de la temporada comparable.
La compañía catalana logró elevar los ingresos un 2,2%, desde los € 1.177 millones hasta los € 1.204 millones. La cifra, eso sí, está todavía lejos de los € 1.776 millones que facturó en 2019, antes de la llegada de la pandemia. En parámetros muy parecidos se movió también el Ebitda, que bajó de € 159,6 millones a € 155,2 millones (el 2,7% menos).
Pese a ello, la empresa se quedó con unas ganancias de € 12 millones debido a la presión de las amortizaciones y los deterioros de activos. Sí logró darle la vuelta a la cuenta de resultados por efectos impositivos y la compensación de bases imponibles negativas. También por el descenso de los gastos financieros tras un 2022 en el que se afrontó una reestructuración del grupo para recortar la deuda en € 600 millones y que el fondo Orient Hontai saltase del 54% al 80% del capital.
Ahora el pasivo ya no es un problema y tras rebasar la barrera de los € 1.000 millones con la pandemia cerró 2023 en € 435 millones. En 2023, no obstante, también hubo movimientos accionariales con la salida de Jaume Roures, cofundador de la firma, que vendió su 5% al vehículo inversor con sede en Hong Kong.
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