Juan Pablo Posada, VP de Contenidos de RCN Televisión.
Para conocer la estrategia de producción del contenido original, el tipo de historias que perfilan para televisión abierta y streaming, Señal News conversó con Juan Pablo Posada, VP de Contenidos de RCN Televisión. El ejecutivo afirma que, lejos de canibalizar la pantalla, el streaming produce un apalancamiento relevante de los contenidos.
¿Cómo es la estrategia de RCN en cuanto a la producción de su contenido original?
- “En primer lugar, estamos enfocados en dar contenido a nuestro principal cliente que es el Canal RCN. Para ellos hacemos tres novelas al año de 80 episodios y además estamos apalancando la venta de esos proyectos como lata a Amazon, Netflix o alguna otra plataforma que nos pueda ayudar a subir un poco el budget para hacer mejores cosas. Si nos quedáramos solo con lo que hay en Colombia, no podríamos desarrollar los proyectos que estamos haciendo. Esa es una parte muy interesante de nuestro esquema y, por ese camino, ya estamos produciendo tres originales. Eso sin contar con Netflix y Amazon, con quienes tenemos proyectos que estamos presentando series más cortas que van de entre 8 y 20 capítulos como como “Betty, la Fea” y “Manes”. En términos generales, esa es nuestra estrategia, y vamos a seguir así durante este año y el próximo.”
Imagino que en tu rol tienes que analizar una multiplicidad de ideas y proyectos potenciales. ¿Qué tipo de historias o perfil llama tu atención hoy día?
-“Al haber trabajado toda la vida en televisión abierta, nos sentimos muy atraídos por los personajes y por historias que lleguen más al corazón que al cerebro. No queremos ser los más inteligentes para hacer las cosas más complicadas, nos proponemos hacer cosas que la gente recuerde con amor. Y un proyecto que llegue con esas esas características, nosotros lo adoptamos en forma inmediata.”
¿Y qué pasa cuando esas historias que llegan al corazón, ideales para la televisión abierta, tienen que viajar al universo del streaming?
-“Pues, ese viaje es algo que a nosotros nos ha funcionado muy bien. En algún momento pensábamos que eso era canibalizarse, que si va en el streaming no puede estar en la pantalla. Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que no es así; y que, por el contrario, produce un apalancamiento increíble. Por ejemplo, si un capítulo sale por RCN de 8 a 9 de la noche, a las 9 ese mismo episodio ya está montado en Amazon. Y eso ha sido realmente como un trampolín porque si los espectadores no lo ven a las 8 pueden hacerlo a las 9 o al otro día. Pero lejos está de canibalizar la pantalla, ni de bajar los ratings de Colombia; inclusive, hasta puede ayudar a lograr que regrese otro día para volver a consumir contenidos. Así hemos logrado tener muchas novelas puedan instalarse en el Top5 de las plataformas durante un buen tiempo. Es un fenómeno muy interesante.”
¿Cómo combinar esa experiencia con lo que todavía no está hecho, con los retos a futuro?
-“Eso es muy chistoso porque uno asume que lo que pasó ya está hecho. Y uno dice, esto no lo vuelvo a hacer porque no salió bien, poque uno comete errores siempre; y la verdad es que a veces sale bien y otras mal porque resulta que la gente ya no quiere ver eso. Realmente, es una lotería que exige jugar con la intuición todo el tiempo; y, en este sentido, la televisión abierta da muchas herramientas para ver qué puede funcionar y qué no. Y también para achicar ese margen de error. Hace 15 años uno podía hacer una producción que fuera un fracaso; ahorita puede hacer fracasos, pero no tan grandes. Estoy convencido que haber trabajado en televisión abierta da un background fuerte porque todos los días te califican con un rating y eso te abre las antenas. Es algo muy distinto a las OTTs.”
¿En qué medida contribuye ese imput en el diálogo con las plataformas?
-“Es muy importante, claro; pero, si bien ayuda, también es un arma de doble filo. Es que hay novelas o series que arrancan de una manera y van afianzándose en su andar; pero eso ya casi no se permite. Si en el primer capítulo no fuiste con todo como para dejar a todo el mundo con las antenas abiertas, pues no va a funcionar. Entonces, todo se complica porque ya nadie esperaba más de dos minutos para quitar una serie.”
¿Y de qué manera influye esta situación cuando en tu trabajo diario te sientas con guionistas o autores a los que les tienes que transmitir esas necesidades que, seguramente, van a alterar el ritmo narrativo que ellos pensaban imprimir a la historia?
-“Es complicado. Nuestro trabajo es 100% con los libretistas porque la historia es lo primero, de allí parte todo. Sí, es una lucha constante pedir de que se eche más carne al asador en los primeros capítulos. Cada autor desea imprimir a su historia un ritmo narrativo, y algunas veces se logra acelerar y en otras ocasiones no. Así funciona esto.”
¿Esta dinámica ha cambiado mucho en los últimos años?
-“Sí, fundamentalmente porque se produce mucho. Si bien este año todo hace prever que va a haber cierto freno, la actividad es muy fuerte. Como te decía, antes nosotros hacíamos tres proyectos para el canal. Hoy, a eso le sumamos dos para Amazon, uno para Netflix y otro para Telemundo. Esto quiere decir que el negocio creció mucho, pero todos sabemos que es algo cíclico. Vamos a ver qué pasa ahorita en este 2025, somos optimistas.”