La Agência Nacional do Cinema (Ancine) de Brasil publicó en el Observatório do Cinema e do Audiovisual (OCA) un estudio con datos relacionados con el valor agregado del sector audiovisual brasileño entre 2015 y 2018. Este indicador mide la relevancia económica del sector y su seguimiento puede ayudar en la realización de análisis, en la formulación de políticas públicas para el sector, así como en comparaciones con otros sectores y países.
Según el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), el valor agregado “refiere al valor que la actividad adiciona a los bienes y servicios consumidos en su proceso productivo”. En términos macroeconómicos, es el valor de los bienes producidos por una economía, después de deducir los costos de los insumos comprados a terceros y utilizados en la producción. En línea con el comportamiento de la economía brasileña, el período entre 2015 y 2018 estuvo marcado por sucesivas caídas reales en el producto generado por el sector audiovisual. La caída acumulada por el sector fue del 23% en el período. En 2018, el valor agregado del sector audiovisual brasileño fue de R$ 26,7 mil millones, una cifra que aproximadamente equivale a USD 4,95 mil millones.
Aún con la caída observada, el audiovisual ocupa la quinta posición en el ranking de las actividades económicamente más relevantes del país, superando a las industrias farmacéutica, textil y de equipos electrónicos.
Los datos también muestran un fuerte crecimiento en el segmento VOD, especialmente entre 2017 y 2018, acompañado de caídas en los segmentos de TV Abierta y Paga. El estudio muestra que VOD se consolida, junto a la televisión de pago y la televisión abierta, como los segmentos más importantes del consumo audiovisual y ya representa el 20,9% del valor añadido del sector en la economía. En 2012, este porcentaje había sido del 4,1%.
Estos cambios en la composición del valor generado por el sector audiovisual brasileño son reflejo de la innovación tecnológica y cambios profundos en los hábitos de consumo de la población. Los avances tecnológicos han permitido el establecimiento de nuevos consumos y la creación de escaparates que permiten el disfrute del producto audiovisual a un nivel cada vez más personalizado y exclusivo.