“Pedro Páramo” debutó en el tercer puesto del Top Global de las películas de habla no inglesa, al sumar 3 millones 900 mil vistas, a solo cinco días de su estreno en Netflix. La película, que marca el debut como director de Rodrigo Prieto, contó con talentosas figuras delante y detrás de cámaras para que los espíritus de Comala dieran el salto de la página a la pantalla.
Cuando Rodrigo Prieto aceptó dirigir “Pedro Páramo”, se encontraba en Oklahoma filmando “Los Asesinos de la Luna” y preparando “Barbie”. “Mi mente estaba entre esas dos películas, tal vez por ello no dudé mucho en aceptar este enorme reto, si lo hubiese pensado más, tal vez hubiera titubeado”, mencionó. Algunas escenas se iluminaron exclusivamente con la luz de las velas, especialmente aquellas entre Juan Preciado y Eduviges. De hecho, muchas velas debían tener dos pabilos para alumbrar con más fuerza.
Nicolás Aguilar, quien colaboró con Prieto en la fotografía, ya había trabajado antes con él en “The Glorias” (2020) y “Los Asesinos de la Luna” (2023). “No fue que nos dividiéramos el trabajo entre los dos, fue una colaboración muy orgánica desde la preparación de cada escena, de cada set y juntos afrontamos los enormes retos que significaron las escenas de noche”, comentó Prieto. El guion de Mateo Gil fue escrito 20 años atrás, cuando él planeaba dirigir su propia versión de “Pedro Páramo”. Se había obsesionado con la novela de Rulfo a los 19 años cuando la leyó por primera vez, pues le recordaba a su ciudad natal, en Gran Canaria.
Algunos de los lugares donde se filmó la película en San Luis Potosí estaban restringidos por ser patrimonios culturales del estado, pero fueron abiertos (con los debidos permisos) para poder filmar algunas escenas. La encargada del departamento de vestuario Anna Terrazas y su equipo vistieron aproximadamente a unos 800 extras en un periodo de 15 semanas. Para el diseño y fabricación de sus prendas, la investigación de la época les ayudó a determinar materiales, estilos y tipos de tela, pero no los colores, ya que las referencias estaban en blanco y negro.
Rodrigo Prieto prefirió usar efectos prácticos lo más posible. “Hay una escena donde uno de los personajes literalmente se convierte en lodo, no usamos trucos digitales, fue un efecto físico real usando maniquíes y tubos”, explicó el director. Para mostrar el paso del tiempo se combinaron efectos visuales con prostéticos y maquillaje. Según explica Héctor Kotsifakis, quien interpreta a Fulgor, su personaje debía pasar de los veintitantos años a los 70 y tantos. “Era un proceso de siete horas que el maravilloso equipo de maquillistas fue depurando para que se redujera a cinco”.
El equipo de producción estuvo conformado por más de 550 técnicos y artistas. Y tan solo en San Luis Potosí, contó con más de 2 mil 500 trabajadores. Como ejemplo, esto derivó en más de 14 mil 900 noches de hotel reservadas y en más de 900 extras que participaron en las filmaciones en ese estado.