Tras la suspensión forzosa de 20 producciones y una pérdida estimada de $900 mil dólares en salarios causada por la pandemia de Covid-19, Uruguay se convirtió en el primer país de América Latina en volver a poner en marcha los rodajes de contenidos audiovisuales, según informa el medio local El País.
Si bien el gobierno nacional nunca dio una orden formal de parar las filmaciones debido a la emergencia sanitaria, eso fue lo que terminó sucediendo en Uruguay a mediados de marzo. Un par de días después del anuncio de la llegada del coronavirus al país, Montevideo Audiovisual —la Oficina de Locaciones de la Intendencia de Montevideo— se alineó con la consigna de quedarse en casa y dejó de emitir permisos para rodar en espacios públicos. Casi en simultáneo, GremioCine también acordó dejar de rodar.
Sin embargo, en Uruguay creen que es momento de retomar la producción audiovisual y, por eso, GremioCine ya está trabajando en un protocolo con las medidas de protección sanitarias adecuadas para adoptar en todas las etapas del rodaje: la preproducción, la filmación y la postproducción. Para elaborar este nuevo manual de trabajo, se está tomando como ejemplo los casos de aquellos países que poco a poco están volviendo a producir.
Al mismo tiempo, la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (Asoprod) y la Cámara Empresarial de Productoras Publicitarias del Uruguay (Ceppu) — que reúne a unas 20 productoras publicitarias — hicieron lo mismo. Finalmente, los tres colectivos se alinearon y redactaron un documento conjunto para actuar en una primera etapa, que va hasta mediados de junio, momento en el que deberá revisarse y evaluar si se puede permitir una flexibilización de las medidas. Inicialmente, los rodajes que podrían retomarse son los publicitarios debido a que son más fáciles de ajustar que un guion de cine o serie.
Según el protocolo, los equipos de técnicos y de modelos serán reducidos y deben cumplir con medidas sanitarias, por lo que las primeras producciones que ya están en marcha son las más pequeñas. “El diseño de producción se ajusta a la crisis, así que son comerciales chicos, con pocos modelos y pocos técnicos, que se están filmando en las casas de los propios modelos o en estudios, con medidas de protección y un proceso de desinfección”, le explicó Diego Robino, Director de Oriental Films y Secretario de Ceppu, a El País.