América Latina: ¿Cómo evoluciona el acceso y costo a internet fija y móvil?

Un estudio del sitio de comparación de precios Cable.co.uk revela que Argentina, Colombia y Brasil son los países latinoamericanos con los precios más asequibles para contratar internet de banda ancha fija. Según los datos recabados entre septiembre y noviembre de 2023, los países insulares de Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Barbados y Las Bahamas figuran entre los mercados de la región donde es más caro contratar un paquete de internet fijo.

Los hogares argentinos, por ejemplo, tienen que desembolsar unos USD 5,17 por mes para contar con banda ancha fija. Al otro lado de la frontera, los chilenos pagan casi cuatro veces más, alrededor de USD 21,86 mensuales, por el mismo servicio. En México, el precio promedio se sitúa en USD 32,35, mientras que en Colombia ronda los USD 20,47.

En lo que concierne al precio de internet móvil, el mismo sitio analizó 5.600 planes de datos móviles en 237 países, destacando que Colombia tiene el precio más barato de América Latina: 1 GB de datos tuvo un valor medio de sólo USD 0,20 en 2023. Lo siguieron Uruguay, donde ese año 1 GB costó USD 0,28; Brasil con USD 0,40 y Perú con USD 0,45. Estos países son los únicos de Sudamérica que están entre los 50 con los precios de internet móvil más baratos del mundo. En contraste, en México y Cuba, el precio de 1 GB superaba los USD 2. El informe resalta que los tipos de cambio fluctúan con frecuencia en la región, lo que puede influir en la evolución de los precios a lo largo del año con respecto al dólar.

Los siguientes gráficos, desarrollado por Statista en base a la información de Cable.co.uk, ofrecen un panorama detallado de las revelaciones del portal británico:

Según Dan Howdle, Analista de Consumo de Telecomunicaciones del portal británico, muchos de los países con precios más bajos tienen una "excelente infraestructura de banda ancha móvil y fija que permite a los proveedores ofrecer grandes cantidades de datos a precios baratos". En otros países, las condiciones económicas dictan el precio, que debe seguir siendo bajo "para que la gente pueda pagarlo". En los extremos más altos, en cambio, se ubican los países donde a menudo "la infraestructura no es muy buena pero también el consumo es muy pequeño", precisó.